Platero y yo. Hermoso recuerdo de infancia!

Platero es un pequeño asno cuya piel se encuentra cubierta de un pelillo tan espumoso como la seda, y tan abundante que parece que no tiene huesos. Sus ojos son tan oscuros como la oscuridad y por eso transmite rudeza en su mirada. Es tan alegre y adora ir suelto por el pastizal. Las floras le transmiten paz y es tan espléndido disfrutar como las acaricia. Con su hocico delicadamente se acerca y las siente, no importa sin son rosas, gualdas, celestes o cualquier otra florecilla. Cada ocasión que digo “¿platero?”, no duda en venir a mí, y siempre lo hace trotando de una manera, con sus cascabeles bienmovidos, que parece que se está riendo.

Su apetito es único y es capaz de almorzar todo lo que yo le dé. Entre sus preferidas están las naranjas y las mandarinas, sin olvidarnos de las uvas moscatel, los higos morados y todas las de ámbar. Todos lo que no lo conocen les parece muy tierno al igual que los niños luego en verdad es en extremo fuerte y duro por dentro, tanto como una roca. Llama la atención de todos, y aún más los domingos cuando paseamos. Este trayecto yo ando sobre por todo el lugar y los campesinos nos miran fijamente.

Al leer un diccionario Asnografía pude contemplar cómo, irónicamente, se dice la explicación del asno. Al ver aquella colocación me sentí enormemente mal ya que es tan finoPlatero. ¡no merece que lo describan así! Cuando nos referimos a ti y se pretende describirte, ¿por qué tratarte así irónicamente?, ¿por qué acudir a describirte como si estuviésemos en un cuento?

Al varón bueno se le dice asno y al asnomalo se le llama por hombre, entonces tú que eres amigo de todos tanto del viejo como de los niños, de las mariposas, del perro, del riachuelo, del sol y la luna; que eres tan majo, sabio, amable, suavizado y pensativo, Marcos Aurelio de los pastizales. Sé que platero es capaz de comprender cada una de las palabras que digo.

Sus negros ojos me miran sin pestañear, demostrando la firmeza de su observación. Mientras me observa algunos pequeños rayitos sol iluminan esos oscuros azabaches que tiene como ojos reflejando un color verdinegro. ¡como quisiera que su gran cabeza llena de pelosfuese capaz de ver cómo yo trato de revertir lo que esos facinerosos hombres ponen en los vocabularios!

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