Eran bien pesadas las VIEJAS BOTELLAS DE ACEITE

Recuerdo que en la esquina de mi casa habìa un almacencito. El propietario era un senor anciano, simpatico. Lo llamabamos don Chaqueta. Don Chaqueta era uno de los millones de inmigrados que habìan llegado al paìs desde su lejana Rusia en busca de un poco de paz, y un trabajo digno. Buscaba un futuro para si mismo y para su familia.

Mi mamà me mandaba siempre a lo de don Chaqueta a comprar cosas para la comida. Claro, todo lo que le compràbamos era rigurosamente fiado y el lo anotaba escrupulosamente en la libreta de las compras!

Cuando ibas a comprar el aceite y llevabas una botella vacía porque sin envase no te vendían. Ojo que pesa, que no se te caiga !!! Y cuando llegabas a casa tu mamá agujereaba la tapa a cuchillazos. Que tiempos…! Te acordas? 

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