Los Chiclefort marcaron una epoca de nuestra infancia

La historia de “La delicia Felipe Fort S.A.” es la historia misma de su fundador Don Felipe Fort. Allá por 1912, cuando contaba con solo 12 años, inició la fabricación artesanal de chocolate en la casa de sus padres. El prestigio de la empresa se iba asentando sobre la calidad de los productos que elaboraba. En 1917 se asocia con Don López Maceda y se constituye la sociedad “López y Fort”, comienza la producción de caramelos. Hacia 1920, la de huevos de pascuas, siendo los primeros en el país en producirlos, los cuales hasta ese momento se importaba en su totalidad de Europa.

En 1956 es nombrado Don Carlos Fort, uno de los hijos del fundador, como gerente general de la empresa “La delicia Felipe Fort S.A.”.
Paralelamente a su evolución inmobiliaria, esta empresa fue incorporando un moderno parque de maquinaria extranjera, manteniendo elevados niveles de tecnología necesaria para una producción continua, eficaz y de calidad.

En mayo de 1963, Don Felipe Fort renuncia a la presidencia de la empresa en pos de su hijo Carlos. Bajo su dirección la empresa experimenta una gran expansión, ampliando las instalaciones a más de 25.000 m2; imprimiendo un permanente proceso de crecimiento, tanto en superficie como en renovación tecnológica, para adecuarse a los requerimientos crecientes de los más diversos mercados.
En el año 2004 Felfort es nombrada como una de las empresas argentinas más admiradas.2

En el año 2007 fallece Carlos Fort, y su señora esposa Marta Campa de Fort accede a la presidencia. Sus hijos, se hacen cargo de la dirección de la empresa asegurando así la continuidad familiar en la dirección. La empresa posee un único establecimiento donde se elaboran, almacenan y despachan sus más de 200 productos.

En la actualidad se manufactura una extensa variedad de productos que incluyen chocolates, caramelos, cereales, huevos de pascua, turrones y alimentos funcionales dietéticos, compitiendo en un plano de igualdad con industrias llegadas a Argentina principales polos de desarrollo del mundo.

Algunos de estos productos se encuentran en el mercado por más de 50 años, como el caso del chocolatín Jack, y otros algunos años menos, como el paragüitas, las monedas piratas, las pastillas refresco, dos corazones, jackelín y los clásicos bombones que se adquieren en las panaderías y confiterías.